Hola chic@s, para esta entrada semanal os voy hablar sobre los trastornos alimenticios ya que alrededor de 400.000 personas en España padecen algún trastorno de la conducta alimentaria (TAC), siendo la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia, y las cuales la sufren en mayor medida la población femenina (90%).
Los trastornos alimenticios son manifestaciones extremas de una variedad de preocupaciones por el peso y la comida experimentados por mujeres y hombre. Son condiciones complejas que emergen de la combinación de conductas presentas por largo tiempo, factores biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales. Aunque los trastornos alimenticios pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son muchos más que solamente comida. La gente con este problema utiliza la comida y el control de la comida como un intento para compensar los sentimientos y emociones que de otra manera son vistos como insoportables. Para algunos, la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y para sentirse en control de su vida personal, pero al final estos comportamientos dañan la salud física y emocional, la autoestima y la sensación de competitividad y control de la persona.
Los factores psicológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios son:
- Baja autoestima.
- Sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida.
- Depresión, ansiedad, enojo y soledad.
- Relaciones personales y familiares problemáticas.
- Dificultad para expresar sentimientos y emociones.
- Haber sido fastidiado o ridiculizado basado en su talla o peso.
- Historia de abuso físico o sexual.
- Presiones culturales que glorifican la "delgadez" y le dan un valor a obtener un "cuerpo perfecto".
- Definiciones muy concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras.
- Normas culturales que valorizan a la gente en base a su apariencia física y no a sus cualidades y virtudes internas.
Personalmente me ha interesado hablar de este tema ya que, hace un año me obsesioné demasiado con mi cuerpo y me pasé algo más de 3 meses comiendo lo necesario para tener fuerzas. Como consecuencia de esto sufrí mareos casi diarios y a los cuales los médicos no daban ninguna razón salvo bajadas de tensión y de azúcar. Después de algo más de un mes sin sufrir un mareo, después de una fiesta perdí el conocimiento estando de fiesta con mis amigas y fue entonces cuando me di cuenta del daño que me estaba haciendo a mi misma y a las personas que me rodeaban. Es por eso que con esta entrada semanal quiero decir que no nos hacemos bien a nosotros mismos dejando de comer por una obsesión del cuerpo perfecto.