LA IMAGEN EN LA SOCIEDAD

Para esta entrada semanal he decidido hablar sobre la imagen que tenemos en la sociedad. Estamos ante una sociedad en la que la imagen es muy valorada. El aspecto físico y la reputación de cada uno puede marcar en gran medida como los demás nos ven, e incluso como nos vemos a nosotros mismos. La imagen que demos puede ayudarnos a conseguir un trabajo o acercarnos a nuestra pareja soñada, pero también nos puede provocar grandes frustraciones, inseguridades e incluso generar diversos trastornos. La imagen que reflejamos y nuestro aspecto físico se han convertido en lo que, común mente se ha bautizado como nuestra "carta de presentación". La preocupación por cómo somos por fuera cobra más importancia que los valores personales no materialistas. Esto se ha traducido en un aumento del gasto en la alimentación en todo tipo de clases sociales.

En pleno siglo XXI, nuestra sociedad tiene varias preocupaciones pero, la principal parece ser la imagen que causamos y proyectamos a los demás. Una imagen que se puede idealizar y no ser lo que parece cuando se descubre lo que no se ve a simple vista. Un ejemplo muy claro de esto es a la hora de conseguir un trabajo, y es que más candidatos de los que podemos imaginar son desechados de los procesos de selección por el simple hecho de la imagen que causas en el entrevistador, sin dar ningún valor a lo que puedan aportar. De ahí la importancia que la gente le ha dado a que a la hora de ir a una entrevista de trabajo, los candidatos a dicho puesto deben dar una buena imagen, es decir, deber ir arreglados y aseados. A veces una de las injusticias que se da en estos casos es que se contrata a personas para algunos trabajos para los que no están capacitados, y eso tan solo por la imagen personal que dan, y sin tener en cuenta los otros aspectos.

Es triste constatar que este mundo se rige en gran parte por las apariencias, de tal forma que mucho depende la manera en que una persona luzca físicamente para ser aceptada en determinado ambiente o círculo social. Por mucho que todos digamos que no somos de guiarnos por las apariencias de los demás, desde mi punto de vista eso no es del todo cierto, todos alguna vez hemos rechazado o ignorado a una persona por su apariencia. Esto es algo que se debe ir cambiando poco a poco, aunque a estas alturas del siglo XXI deberíamos de ver menos estas cosas.